Dermatología clínica

Fotoprotección: qué factor necesito y cómo lo aplico

Hay dos cosas que debemos tener muy claras en cuanto a la fotoprotección: qué factor necesito y cómo lo aplico.

¿Sabías que solo el 2,5% de los españoles utiliza correctamente la crema fotoprotectora? Así lo concluye un estudio de Cinfa avalado por la Asociación Española de Dermatología. Además, muchas personas ignoran cuál es su fototipo de piel y las necesidades que tiene de cara a la exposición solar. Por eso, hay dos cosas que debemos tener muy claras en cuanto a la fotoprotección: qué factor necesito y cómo lo aplico.

¿Qué es el factor de protección solar y cuál necesito?

¿En qué se diferencia el factor 15 del 50? Esto es lo primero que debes tener claro. El factor de protección solar (SPF por sus siglas en inglés) indica cuánto tiempo más podemos exponernos al sol sin sufrir una quemadura. De manera si tardo 5 minutos en quemarme sin protección, con una crema de SPF 15 tardaré 15 veces más en sufrir la quemadura. Es decir, tengo 75 minutos extra de protección, alrededor de una hora y cuarto.

Ahora bien, ¿cómo puedo saber qué fotoprotección es la más adecuada para mí? La clave para saber elegirla es conocer nuestra piel y sus necesidades. En esto juega un papel fundamental nuestro fototipo.

FOTOTIPO   CABELLO Y PIEL TIEMPO DE EXPOSICIÓN QUE SOPORTA (MIN. APROX.)   FACTOR DE PROTECCIÓN
I CABELLO PELIRROJO O RUBIO. PIEL ROSADA, PÁLIDA. 10 ALTA
II CABELLO RUBIO O CLARO. PIEL CLARA 15 ALTA
III CABELLO CASTAÑO. PIEL CLARA. 30 MEDIA-ALTA
IV CABELLO CASTAÑO OSCURO- PIEL MATE 30-45 MEDIA
V-VI CABELLO NEGRO O CASTAÑO OSCURO. PIEL OSCURA- NEGRA. 45-60 MEDIA-BAJA

Claves para una correcta aplicación de la fotoprotección

Saber cómo aplicar de manera correcta la crema de protección solar es tan importante como elegir adecuadamente el SPF. Lo primero que debes saber es que debes aplicarla, al menos, 30 minutos antes de exponerte al sol. De lo contrario, a tu piel no le dará tiempo de absorber la crema y de que haga efecto, por lo que podrías sufrir una quemadura.

Saber cada cuánto tiempo hay que aplicarla es otro de los puntos que más dudas genera. El fotoprotector pierde efectividad a medida que pasa el tiempo. Por lo tanto, mientras dure la exposición solar, la crema debe renovarse, de manera general, cada dos horas. Esta franja temporal se deberá reducir si hay una sudoración excesiva, pues la fotoprotección se evaporaría y se perdería efectividad. Además, es necesario aplicarse crema nuevamente tras el baño o el secado.

 ¿Y qué cantidad hay que echar? Este es uno de los errores más frecuentes: echarse menos cantidad de crema de la necesaria. Debemos aplicar 2mg de producto por cada cm2. Es decir, unos 40 gramos de crema si hablamos del cuerpo de un adulto de talla media. Y aplicarla bien, haciendo especial hincapié en las zonas más olvidadas: detrás de las orejas, en el empeine, los párpados…

Una vez que tenemos claras estas claves, debemos tener en cuenta otras recomendaciones:

  • Evitar las pulverizaciones de agua durante la exposición solar.
  • No utilizar productos con base alcohólica, como perfumes o hidrogeles, porque son fotosensibilizantes.
  • Utilizar fotoprotección aunque el día esté nublado.
  • Evitar las horas de mayor radiación: entre las 11 y las 16 horas, aproximadamente.
  • Incrementar la protección con sombreros, pareos, gafas de sol…
  • Beber agua para evitar la deshidratación.

Los riesgos de una mala exposición solar

Exponerse al sol sin la debida protección implica varios riesgos a corto y a largo plazo. El daño más inmediato y visible es la quemadura solar. Aparece cuando la exposición a los rayos ultravioleta supera la capacidad de protección de la melanina de nuestra piel. El cuerpo responde enviando sangre a la zona dañada, lo que produce el característico enrojecimiento y la inflamación. Quemarse de manera repetida es uno de los factores de riesgo más importantes a la hora de desarrollar un cáncer de piel.

No obstante, una piel bronceada es una piel dañada por el sol. Cuando los rayos ultravioleta penetran en la piel esta responde produciendo más melanina. Es decir, se defiende de una agresión. Así que recuerda: el bronceado es el resultado visible del daño que causa el sol en nuestra piel.

Además, el sol envejece nuestra piel. De hecho, es su enemigo número uno. Acelera notablemente el proceso de envejecimiento natural, acentuando las arrugas, que se vuelven más profundas y marcadas, e intensificando la flacidez cutánea.

De todos estos efectos nocivos de la acción del sol en nuestra piel, el más grave, sin duda, es el cáncer de piel. Los tipos más comunes son el carcinoma de células basales y el carcinoma espinocelular. Sin embargo, el más grave y agresivo de todos es el melanoma. Cada año se detectan en nuestro país alrededor de 5.000 nuevos casos. Su tasa de mortalidad es elevada, por ello diagnosticarlo de manera precoz es fundamental. Para ello, las autoexploraciones son clave. Revisa tus lunares y analiza si han cambiado de forma, de tamaño, de color y si tienen bordes irregulares. Si notas alguna evolución, acude a tu dermatólogo.

Clínica Dermatológica Sánchez del Río

La Clínica Dermatológica Sánchez del Río cuenta con más de 30 años de experiencia en el cuidado de la piel, ofreciendo a nuestros pacientes soluciones médicas y estéticas.

Comentar

Haz click aquí para comentar