Hay tantas dudas que nos pueden surgir sobre el cuidado de nuestra piel. Sin embargo, hay una que en Dermatología Estética que se repite con más frecuencia, especialmente en la época otoñal y en invierno y es cómo mejorar el aspecto de la piel.
Lo primero que debes tener en cuenta es que tras el verano, es posible que tu piel luzca muy desmejorada por los efectos de la radiación ultravioleta. La aparición de manchas o el empeoramiento de las que ya existen es la primera consecuencia, pero hay otras. Sensación de piel gruesa, tirantez, falta de luminosidad, reaparición del acné…
¿Y qué podemos hacer ante esto? Pues lo primero y lo más importante es acudir al dermatólogo. Este paso es fundamental, pues determinará el resto de pasos a seguir: qué productos usar, cómo usarlos y cuándo. A partir de ahí, hay una serie de consejos que pueden ayudarte a recuperar la belleza natural de tu piel.
Una rutina facial adecuada
Para saber cómo mejorar el aspecto de la piel, debes empezar por una rutina facial adecuada a tu tipo de piel y a sus necesidades. No obstante, de manera general podemos establecer los siguientes protocolos:
- La limpieza facial. Debes limpiar tu piel dos veces al día, mañana y noche. Recuerda que la nocturna siempre debe ser un poco más intensa, especialmente si nos hemos maquillado. Por eso, no olvides tomarte tu tiempo y desmaquillar bien tus ojos y tu piel para evitar irritaciones y la obstrucción de tus poros.
- La protección solar. No nos cansamos de repetirlo, la protección solar debe acompañarte durante todo el año. La radiación ultravioleta es más intensa en verano, pero eso no significa que no pueda dañar tu piel en otras estaciones, incluido el invierno. Así que no olvides incluir en tus productos diurnos, la fotoprotección.
- Una hidratación profunda. La exposición solar típica del verano puede secar tu piel, al igual que el frío invernal. Por eso, debes asegurarte de hidratarla de manera profunda.
- Los antioxidantes. Son fundamentales para frenar el proceso oxidativo de la radiación ultravioleta y prevenir los signos del fotoenvejecimiento. Además, algunos como los de Vitamina C te pueden ayudar a tratar las manchas y las marcas de acné.
¿Y qué productos debo usar? Esta es la eterna cuestión y la respuesta la tiene el dermatólogo. Tal y como te indicamos al principio, el primer paso para que nuestra piel esté sana y bonita es acudir a una revisión dermatológica. A partir de ahí y en función de nuestro tipo de piel y de sus necesidades, recibiremos un asesoramiento cosmético que nos ayudará a determinar qué cosméticos usar para que nuestra rutina facial sea la adecuada.
La exfoliación es clave para mejorar el aspecto de la piel
Si quieres recuperar la belleza natural de tu piel, la exfoliación es clave. No solo te ayudará a realizar una renovación celular, sino que preparará tu piel para que el resto de productos que utilizas penetren correctamente y sean más eficaces.
Una exfoliación, sea mecánica o química, ayuda a regenerar la piel, eliminando las células muertas. Además, mejora el exceso de sebo, la textura y el aspecto general de la piel. Para poder determinar qué exfoliante usar, hay que tener en cuenta el tipo de piel y sus características. ¿Tienes acné? ¿Han aparecido nuevas manchas? ¿Tienes la piel sensible? Estas son algunos de los puntos que deben estar claros antes de elegir el exfoliante.
¿Y cómo debe ser la exfoliación? Pues, de nuevo, depende de tu tipo de piel. Si tienes una piel sensible, con dos veces a la semana será suficiente. En cambio, si tienes una piel con tendencia acneica puedes exfoliarla hasta cuatro veces por semana. No importa si incluyes el exfoliante en tu rutina diurna o en la nocturna, pero sí debes tener en cuenta que tu piel estará más sensible después. Por lo tanto, no debes olvidar la fotoprotección para prevenir la aparición de manchas y quemaduras.
¿Quieres saber cómo mejorar el aspecto de la piel? Nosotros podemos ayudarte. No dudes en consultarnos.

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